Madre nuestra,
que estás en la tierra, la mar, en mí,
en nosotras, nosotros y todas partes,
hermoso, cálido y sanador es tu consuelo.
Venga a nosotras tu alegre canto,
danos hoy de tu sabia energía creadora.
Enséñanos a tener la valentía para equivocarnos
y aprender de nuestros errores.
No nos dejes caer en una vida absurda, rutinaria y vacía,
líbranos de no luchar.
Amén.